El término "pago por flujo de órdenes" (PFOF) se refiere a un método de remuneración en el que un proveedor de servicios financieros, que suele actuar como intermediario, remite las órdenes de los clientes a un socio comercial y paga a cambio una comisión (reembolso) al intermediario.

Este modelo de negocio es criticado por socavar los principios de la mejor ejecución, especialmente en la pre y post-negociación, donde no existe un mercado de referencia. Los protectores de los consumidores también señalan que los términos "comercio sin comisiones", "gratuito", "sin comisiones" utilizados en este contexto enmascaran los hechos reales y, por tanto, deben ser cuestionados desde la perspectiva de MaComp. Aunque el cliente no vea ninguna comisión en su extracto de valores, esto no significa que no haya tenido costes. Estos se extienden de forma análoga a la negociación de contratos por diferencia y de divisas mediante la ampliación del margen BID/ASK ("spread"). Si el diferencial se hubiera ampliado en 10 céntimos multiplicados por un número de acciones de 1.000, se habría producido aritméticamente una comisión de 100 euros.

La autoridad supervisora estadounidense SEC está estudiando la posibilidad de prohibir este modelo de negocio. La cuestión también está siendo muy debatida en la UE. Si se imponen sanciones reglamentarias, como se rumorea actualmente, los altos cargos de los años de auge de Corona pronto podrán ocupar los primeros puestos en las listas de muertos.